2020 es el año en el que se celebra el 250 aniversario del nacimiento del genio Ludwig Van Beethoven, que a pesar de su sordera, se convirtió en uno de los músicos y compositores más influyentes de su época, y uno de los más importantes de nuestros días.
¿Queréis saber más sobre este maestro de la música? Seguid leyendo.
Primeros pasos
Se cree que nació el 16 de diciembre de 1770, y es originario de la ciudad alemana de Bonn. Su padre era el tenor de la corte, y estaba obsesionado con convertir a su hijo en un erudito, por lo que lo inició en el mundo de la música muy joven.
Tanto es así, que a los 7 años dio su primer concierto, y con 11 años estrenó su primera obra “Nueve variaciones sobre una marcha de Ernst Christoph Dressler”.
Tuvo una niñez difícil, con un padre alcohólico e irascible que le saca de la escuela a los 10 años para que se centre solamente en la música. Los traumas de su infancia y la falta de socialización hacen que no llegue a comprender las relaciones humanas, y lo convierte en un personaje con mal carácter, egoísta y huraño.
Ascenso al estrellato
A los 12 años Christian Gottlob Neefe, que lo considera el nuevo Mozard, lo convierte en su pupilo. Sus enseñanzas pulen sus habilidades musicales, y lo llevan a tocar en la corte, donde se codea con la nobleza, todo un logro para alguien de origen humilde.
Con tan sólo 17 años tiene que hacerse cargo de sus dos hermanos tras perder a su madre, lo que sume a su padre en una espiral de depresión y alcoholismo que lo lleva finalmente a la cárcel. Este revés no frena la carrera del joven Ludwig, y se muda a Viena, capital de la música clásica.
Se vuelve una celebridad a los 25 años, después de dar su primer concierto como compositor, cuando empieza su primera gira europea, donde muestra su excéntrica forma de vivir la música.
La lucha de un genio
En 1800 Beethoven estrena su primera sinfonía como compositor, pero este logro se ve empañado por el aumento de su sordera. La pérdida de audición es la peor pesadilla de cualquier músico, y cae en depresión.
Tras esta dura etapa, acepta su situación y concentra todos sus esfuerzos en componer, dejando a un lado su vida social entre conciertos, clases de música y recitales.
Es en este momento en el que deja atrás su influencia de Mozart y otros compositores de la época y crea obras maestras como “Claro de Luna” y “Para Elisa”.
El cambio de siglo y a superación de sus demonios hace que sus piezas evolucionen del clasicismo, hacia el romanticismo, un estilo más alegre, enérgico y vivo. Este cambio se ve representado con el estreno de “La heroica”, su tercera sinfonía en mi bemol mayor.
La música como salvación
La música se convierte en el salvavidas de Beethoven, que va perdiendo cada vez más el oído. Esta situación le avergüenza, por lo que cada vez reduce más su círculo social, con el que se comunica a través de los llamados “cuadernos de conversaciones”, gracias a los cuales conocemos hoy su historia de primera mano.
Su sordera empezó dejando de percibir notas más agudas, hasta terminar completamente sordo. Continua tocando el piano y componiendo gracias a la vibración de este instrumento, y ayudado de diferentes amplificadores con los que podía sentir la música.
Tras 12 años y totalmente sordo, reaparece para presentar su obra maestra, la 9º sinfonía en re menor, declarada en 2001 Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Rodeado de la alta sociedad europea, Ludwig Van Beethoven estrena su última obra completa en el teatro de Viena el 7 de mayo de 1824.
Fallece el 26 de marzo de 1827 en Viena uno de los músicos más importantes de la historia de la música.
Espero que os haya gustado la historia de Ludwig Van Beethoven. Seguid atentos a las próximas publicaciones, hablaremos sobre más figuras importantes de la música y la danza. 😉